Las palabras tienen poder
Se dice que las palabras tienen poder. A medida que el año llega a su fin, hay tanto que decir, pero en los últimos días esto ha estado en mi corazón. La vida a veces trae desafíos únicos, y una de las partes más difíciles es ser hablado. Creo que todos hemos estado allí de una forma u otra. La gente asume, critica e incluso difunde rumores sin realmente saber. Es doloroso, a lo largo de los años he aprendido que es una oportunidad para apoyarnos en Dios de formas que profundicen nuestra fe y dependencia en Él. Aprendes a elevarte por encima de ello y a confiar en que Dios luchará nuestras batallas.
No es un secreto que el chisme puede causar un daño significativo. Ya sea por suposiciones, críticas a nuestras decisiones o mentiras directas, el impacto es el mismo: duele. Pero aprendes a no vengarte ni a rebajarte al mismo nivel. En su lugar, confía en la promesa de Dios de luchar nuestras batallas.
Éxodo 14:14 nos recuerda:
“El Señor peleará por ustedes; solo quédense tranquilos.”
En lugar de involucrarnos en negatividad, elegimos llevarlo a Dios, sabiendo que Él ve la verdad y te defenderá a su manera perfecta y en su tiempo.
Es tentador defendernos cuando otros difunden chismes, pero he aprendido que el silencio y la oración hablan más fuerte que las palabras.
Romanos 12:19 dice,
“No se venguen, amados míos, sino dejen lugar a la ira de Dios, porque está escrito: ‘Mía es la venganza; yo daré el pago,’ dice el Señor.”
Al confiar en que Dios maneja estas situaciones, nos liberamos de la amargura y podemos centrarnos en vivir de una manera que lo honre a Él. Por difícil que sea estar en el receptor de los chismes, también es importante proteger nuestros propios corazones de hacer lo mismo.
Proverbios 16:28 advierte,
“El chisme separa a los amigos más cercanos.”
Dios nos llama a hablar palabras que edifiquen a los demás, no que los destruyan. Efesios 4:29 nos anima:
“No salga de su boca ninguna palabra corrompida, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.”
Como seguidores de Cristo, estamos llamados a reflejar Su amor, incluso cuando es difícil.
Sí, las palabras tienen poder, pero el silencio también. Cuando dejamos que Dios pelee nuestras batallas y nos negamos a involucrarnos en la negatividad, reflejamos Su amor y confiamos en Su soberanía.
A medida que el 2024 llega a su fin, esto ha estado en mi corazón. A todos mis compañeros PKs, familias en el ministerio y a todos en cualquier camino de la vida, ya sea que hayan experimentado esto o no, quiero animarlos: ¡Dios los ve, Dios los conoce y Él está luchando por ustedes!
A medida que entramos en el nuevo año, hagamos de nuestra misión usar nuestras palabras para sanar, alentar y edificarnos unos a otros. Juntos, podemos reflejar el amor de Cristo en un mundo que lo necesita desesperadamente.